domingo, 17 de marzo de 2013

TELÉGRAFOS. Un relato de su travesía centenaria



Hace dos entradas dedicaba un pequeño homenaje a Sebastián Olivé. Quiso el destino que falleciera  antes de poder realizarse  la presentación de su libro “TELEGRAFOS Un relato de su travesía centenaria”. El  pasado jueves día 14se celebró  en un acto abierto al público en el Espacio Fundación Telefónica  en Madrid la presentación de este  libro,  convirtiéndose   en un acto íntimo, emotivo y de homenaje a la figura de Sebastián Olivé, y así  creo que fui una de las pocas asistentes, que no pertenecía a la Asociación de Amigos de Telégrafos, que presidió hasta su fallecimiento, a su familia, o a sus amistades.
Los que hayáis visto recientemente la película Lincoln (donde sale una bonita sala de aparatos), habréis podido observar la importancia que la  aparición de la telegrafía  tuvo  durante el siglo XIX, pero no sólo por cuestiones bélicas, sino fundamentalmente  para el desarrollo del comercio, permitiendo una rápida comunicación de noticias entre lugares muy distantes.  El libro  de Sebastián Olivé cuenta de una manera amena, didáctica, la historia de la telegrafía ( eléctrica) en España desde 1854  hasta comienzos de los años 80 del siglo pasado en que puede hablarse de su desaparición…. Es un libro que os recomiendo, y podéis encontrarlo en librerías (creo que por 15 euros), pero también podéis descargarlo gratuitamente en PDF en la página WEB de la Fundación Telefónica  en publicaciones. (Javier Nadal, vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica tuvo el detalle de regalarnos un ejemplar  a todos los que asistimos al acto). Por supuesto Jackson Veyán tiene su pequeña mención en el libro.

Siempre me ha atraído la historia de Telégrafos,  y mi deseo de conocer más de la materia iba indisolublemente unido  a mi gran “hobby”, la investigación sobre la vida de mi bisabuelo José Jackson Veyán , que destilaba amor por el “Cuerpo”  en todas las actividades en la que participa, la poesía, el teatro… ese orgullo de pertenencia a Telégrafos, que parece un denominador común de todos los “telegrafistas”  como pude observar  el otro día . Él siempre se definió como telegrafista:

En el pequeño libro de poemas “MI DESPEDIDA Colección de versos para mis queridos compañeros de Telégrafos”    que Jackson Veyán publicó auspiciado por sus compañeros del Cuerpo de Telégrafos, a su jubilación en julio de 1917,  cuando las mieles del triunfo parecían olvidadas y con ella   la fortuna, se encuentra la siguiente poesía


¡NO ME VOY!

Entre aquí en el año setenta y uno;
llevo en el Cuerpo, cuarenta y seis .
El llanto, creo que es oportuno:
¡Por eso, hermanos, llorar me veis!
-
De hojas de escala hice cuartillas
y  allí escribía mis zarzuelitas…
¡A una por guardia, vine a salir!
-
Yo , jubilarme no me jubilo:
Telegrafista siempre seré,
y en donde vea yo entrar un hilo,
detrás del hilo me enhebraré.
-
Donde me encuentre un compañero,
un Ordenanza o un Celador
¡que me saluden es lo que quiero!
¡que no se olviden de su Inspector!
-
¿Darme paga mi apoderado
como pasivo?...¡Eso jamás!
¡Me paga Delmo: mi Habilitado
que su dinero me gusta más!
-
Cerrar no quiero yo mi diario
y haré mis guardias como un señor.
¡Haré servicio de voluntario!
¡Por simpatía!...¡Por puro amor!
-
No hare lo mismo que hicieron otros.
¡Sigo en la brecha con mi fusil!
¡A mi no me echan de entre vosotros
aunque me envían Guardia Civil!
-
Si es que por viejo de aquí me arrojan
porque no sirvo para Inspector,
¡ahí va mi Titulo!...¡Que lo recojan
y que me nombren repartidor!
-
Así del cargo correspondiente
la humilde gorra podré
¡Rayos de júpiter omnipotente;
llevaros quiero en mi frente!
¡Sagrado emblema que tanto ame!

Lo curioso es que a lo largo de los años  he descubierto que la vinculación  de la familia a Telégrafos  es más amplia, y no sólo mi bisabuelo Jackson Veyán fue telegrafista , sino también  el padre de su segunda mujer Amalia Pérez Bena, rama de la que desciendo, y por tanto mi tatarabuelo  Lucio Ángel Pérez de la Santísima Trinidad , quien al igual que Jackson Veyán había ingresado en Telégrafos con 19 años de edad,  el 13 de agosto de 1861 ( a los pocos años de la creación del cuerpo) y se jubiló  como Jefe de Centro de Telégrafos  en 1907; y uno de los hijos mayores de Jackson Veyán, José Jackson Álvarez , que se jubiló de telégrafos en 1948 ;  sin perjuicio de que mi madre recuerda aún como su padre, Fernando Jackson  en los años 20 del siglo pasado trabajo como telegrafista en Monforte de Lemos ( Lugo)  y en Ribadesella ( Asturias) , me imagino que de forma temporal.


FILOSOFIAS TELEGRÁFICAS


¡Oh mundo…! Las desdichas que fulminas
son de eléctrico origen; los amores
son chispazos; corrientes exteriores
que a lo mejor nos funden las bobinas.
Las mujeres son líneas submarinas;
y tiene ya  tan falsos conductores,
que al cabo, por faltar expedidores,
tendrán que cerrar las oficinas.
Telegrama es la vida en lo que dura,
pues larga no ha de ser tan cruda guerra,
es la que al hombre su circuito cierra,
y el hundirse en la negra sepultura
es la postrer derivación a tierra.


José Jackson Veyán
 “ Mi libro de memorias”.

Os dejo con un breve vídeo de Sebastián Olivé que proyectó durante la presentación del libro, grabado en la exposición permanente que sobre la Historia de la Telecomunicaciones se encuentra en el Espacio Fundación Telefónica.


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