jueves, 24 de enero de 2013

Jackson Veyán y Gregorio Martínez Sierra


Gregorio Martínez Sierra

Si  habéis leído el título  de la entrada muchos os preguntareis ¿Pero quién era Gregorio Martínez Sierra?, yo la primera vez  que me interesé por él fue hace muchos años, allá por el año 94 cuando Garci estrenó la película “Canción de cuna”, basada en una de las obras de Martínez Sierra; posteriormente me fue llamado  la atención su historia vital, o mejor dicho sus relación con las mujeres: su primera mujer María de la O Lejárraga (1), de la que se dice  que escribió algunas de sus obras , incluso después de separados, y sus relación sentimental con  la actriz Catalina Bárcena , ( de actualidad por la reciente  venta en subasta en Londres por alguno de sus herederos de parte del vestuario que tenía depositado en el Museo del Teatro - http://www.abc.es/estilo/gente/20121117/abci-heredero-catalina-barcena-vende-201211162058.html).
Pues bien, siguiendo  el Diccionario  de la Zarzuela de Casares Rodicio, Gregorio Martínez Sierra, nació en Madrid en 1881 donde falleció el 1 de octubre de 1947. “Dramaturgo y director teatral. Su primera y casi exclusiva vocación fue el teatro, tanto en la línea de creador como la de director y fundador de compañías. Su primera actriz predilecta fue Catalina Bárcena, quien estrenó la mayor parte de sus obras dramáticas. Parece probado que algunas de sus obras fueron en realidad escritas por su mujer, María de la O Lejárraga, lo que explica esa característica femenina que los críticos han apreciado en la mayoría de sus obras. En el género lírico dejó títulos tan importantes como las dos versiones de Las golondrinas, primero zarzuela y después ópera, con música de Usandizaga. Los compositores más ilustres como Falla, Turina, Vives, Gimenez, o María Rodrigo escribiero partituras para sus obras, y a menudo trabajo en colaboración con otros autores.

La relación de Jackson Veyán  con Gregorio Martínez Sierra comenzó en la adolescencia de éste último, allá en Carabanchel Bajo donde Jackson Veyán   a finales del Siglo XIX estuvo destinado como Jefe de la Estación telegráfica , pero dejemos que sea el propio Martínez Sierra que nos cuente como se conocieron en el Prólogo del libro de poemas de Jackson Veyán “buñuelos de Viento” ( 1913):


PRÓLOGO


 El autor de este libro, grande amigo mío, ha tenido la humorada de pedirme que le ponga prólogo, jurándome que la virtud de una cuantas palabras mías, a la cuales él atribuye , no sé por qué , gracia taumatúrgica, han de asegurarle la buena ventura.
Claro es que, aunque él me lo asegura, yo no lo creo, y me parece la amable pretensión no más ni menos que un capricho. A un capricho no he sabido ni he querido negarme nunca, y ahí van la palabras, que ojalá sean realmente mágicas y aseguren la venta del volumen por miles y aun millones de ejemplares en España y en todas su ex Indias.

José Jackson Veyan
Como ustedes ven, se trata de versos, y estos versos tiene para mí un casi perdido aroma  de infancia. Cuando yo era chiquillo, mi familia tenia el fementido gusto de llevarnos a veranear al feísimo y maloliente Carabanchel Bajo. Allí, a bien pocas manzanas de distancia, veraneaba también-¡parece mentira, siendo poeta!-el señor Jackson Veyán con sus no sé si, a la sazón, doce o catorce hijos. Y yo que , por entonces, comenzaba a andar en tratos con las musas y soñaba en conquistar laureles más o menos dramáticos y triunfar en el Apolo escribiendo un estupendo papel para Carreras, miraba con envidia y admiración al caballero grueso, rubio, de buen porte y de mejor humor, autor aplaudidísimo de ¡Al agua…patos! y de Chateau Margaux.

Además de haber rimado tantos versos y haber escrito tantas zarzuelas, el caballero de buen humor tenía una cuantas hijas muy lindas, cuyos doce, catorce, acaso diez y seis o diez y siete años podían soñar los míos quince, desaforadamente románticos. Además, y sobre todo, el autor aplaudido y consagrado sabía que yo hacía versos, y en lugar de mirarme por encima del hombro y burlarse de mis ilusiones, me trataba con amabilidad, y hasta con cierta sombra de compañerismo, y me hablaba de arte. ¡Sí, señores; camino de Carabanchel, en un tranvía que por entonces aún era de mulas, en tardes calurosas y empolvadas, el autor de Las Zapatillas y un humilde servidor de ustedes, discutíamos problemas trascendentales para la dramaturgia española, y nos comunicábamos nuestra mutua admiración por Shakespeare!.

Porque, aunque muchos que están acostumbrados a reír a compás de la retozona inspiración de Jackson les parezca mentira, él es un apasionado del arte serio y de lo muy dramático con preferencia. Asegura que otros muy distintos hubieran sido los senderos de su labor total a no haber tenido tantos hijos, que todos sus deseos y todo su instinto le llevaban al drama, y que está convencido de que en la emoción hubiera conseguido sus triunfos mayores. Yo así lo creo, no sólo porque él lo afirme, sino, porque su gran corazón responde de lo sinceras que hubieran sido sus corazonadas en el arte, y ya es sabido que la sinceridad es la mejor garantía de triunfo para un artista.

La vida, que es la mejor de sus obras, ha llevado a este hombre por caminos de labor ímproba y constante: ha trabajado como pocos, ha producido a toda prisa, negándose a sí mismo por amor a los suyos. Ha tenido triunfos resonantes y sólidos, ha ganado fama y dinero; no ha tenido enemigos, y no se ha dejado amargar el alma por los reparos y  distingos, a veces desatentos, de la crítica. Su vida es un ejemplo de energía constante y de salud espiritual. No cabe negar que este hombre es poeta, porque el grano de sal de la poesía le ha servido para que tantísimas batallas no le corrompan las oraciones.
De los versos reunidos en este volumen no quiero decir al lector, sino que los lea. Un prólogo no tiene motivo para ser una artículo crítico. Todos son íntimos, cordiales, fáciles y graciosos: los hay de inspiración verdaderamente sentida, los hay de profundo y amargo sentido de vivir. Son como autobiografía rimada y palpitante. Creo firmemente que el poeta nos muestra en ellos lo mejor de su personalidad, y que no habéis de arrepentiros de haber vuelto la hoja. 

G. MARTINEZ SIERRA



María de la O Lejárraga
(1)           (1) Para los que os ha picado la curiosidad con la vida sentimental de Gregorio Martínez Sierra os recomiendo que  leáis algo sobre la vida sus “mujeres” , respecto de María de la O Lejárraga, os puedo  anticipar siguiendo la Diccionario anteriormente citado que nació en San Millán de la Cogolla en 1874 y murió en Buenos Aires en 1974, escritora, llego a ser Diputada  en la época de la República y activa feminista, traslado su residencia  en su infancia a Madrid más concretamente a Carabanchel, donde conoció  a Gregorio Martínez Sierra con el que se casó; ambos se inscribieron en el modernismo y participaron activamente en las luchas de este movimiento con el de la Generación del 98. Empezaron a escribir sus primeras obras en colaboración pero siempre bajo el nombre de Martínez Sierra.   Gregorio, fundó la  una importante iniciativa teatral Un teatro de arte  en España, parecida a La Barraca de García Lorca. El matrimonio propició tertulia literaria de gente del teatro, música y pintura, en la que participaban entre otros, Ruisiñol, Benavente, Juan Ramón Jiménez ( del que se insinúa por las cartas que se conservan que mantuvo una relación más allá de la amistad con María), Pablo Luna, Turina, Los Álvarez Quintero…… 
Martínez Sierra, Catalina Bárcena, Eduardo Marquina , Sigfrido Bruman
          El Estado adquirió el archivo  documental de Gregorio Martinez sierra y Catalina Bárcena que se conserva en el Museo del Teatro.


miércoles, 16 de enero de 2013

Jackson Veyán y los músicos: Francisco Asenjo Barbieri


Asenjo Barbieri
Quiero iniciar una serie de entradas dedicada a la relación de José Jackson Veyán con distintos  los músicos con los colaboró a los largo de su dilatada carrera teatral, precisamente por Francisco Asejo Barbieri, con el que curiosamente,  finalmente no llegó a colaborar. Barbieri ( Madrid 3-VII-1823; Madrid 17-II-¡894)  era siguiendo el Diccionario de la Zarzuela  de Emilio Casares Rodicio “ Compositor, musicólogo, crítico y director. Es una de las personalidades más importantes del siglo XIX y de toda la historia de la música española. Reformador del teatro lírico, restaurador de la actividad musical y concertistica en Madrid, iniciador del nacionalismo en España, recuperador de la historia musical española, bibliógrafo, es uno de los más importantes compositores de zarzuela y varias de su obras pertenecen a los mejor del repertorio zaruelistico español  “, basta citar a título de ejemplo: Gloria y Peluca (1850), Jugar con fuego (1851), Todos son raptos (1851), El marqués de Caravaca (1853), Los diamantes de la corona (1854), El sargento Federico (junto con Gaztambide, 1855), Mis dos mujeres (1855), El diablo en el poder (1856), Un tesoro escondido (1861), Pan y toros (1864), El barberillo de Lavapiés (1874) y El señor Luis el tumbón (1891). Padre “putativo” de Federico Chueca, su heredero natural.

En 1877 un joven José Jackson Veyán  de 25 años, recién casado e instalado ya  cerca de Madrid en la localidad de Vicálvaro como Jefe de la Estación Telegráfica (procedente de Santander), trata de hacerse un hueco en los teatros madrileños de renombre. Después de 6 años desde su primer estreno, si bien  con mucha producción teatral no consigue salir de teatros secundarios de Madrid: Martín , Eslava y Variedades. No duda dirigirse con el atrevimiento de su ímpetu juvenil a uno de los compositores más admirados  a fin de que éste ponga música a alguna de su obras. En la Biblioteca nacional de España, se encuentran  diversas cartas que Jackson Veyán dirige a Barbieri en los años 1877 y 1878  y que paso a trascribir:


“Vicalvaro, 11 Agosto 77

Sr. D. Asenjo Barbieri

Muy señor mío y de mi mayor respeto:

Enterado por mi amigo el Sr. Hermosilla de lo que V. deseaba que variase en la zarzuelita, me tomo la libertad de escribirle al propio tiempo que remito el ejemplar corregido.
En el dúo-danza de Barítono y Tiple ha cambiado las estrofas que me parecían más serias. En la escena de Perla y Chimbo, he delineado en cuatro renglones el carácter de la tiple, y aunque luego en la escena de Roberto no raye en lo bufo, como ella ya dijo que fingía con él, no puede tomarlo el público por lo serio.
Como la escena a que ludo tiene que ser delicadita, no he podido darle más movimiento.
Usted en su buen criterio, conoce que  el asunto no puede dejar de ser lo que és.
A mi juicio la zarzuelita ahora es eminentemente cómica pues no tiene ni una pieza de música seria.
En la elección de otro asunto cuidaré que este sea, del gusto del día, y por si V. las juzga dignas de ponerlas en música le remitiré cuantas escriba.
La zarzuelita mía Pescar en seco que se estrenó hace años en Rivas, adolecía según opinión general de música muy endeble
Por eso yo al escribir esta pensé en V. para que le diera vida, con esas notas que Orfeo tiene reservadas para V. sólo.
Si decide ponerla música queda V. autorizado para modificar a su gusto la letra del canto, y aun el Recitado con lo cual ni uno ni otro perderán nada, antes al contrario ganaran con su corrección.
Dispénseme V. la franqueza que me tomo al escribirle sin conocerle, y con este motivo bien el honor de saludarle y ofrecerle su respeto y admiración.
S.S.Q.L.M.B
José Jackson”

Jackson Veyán
La zarzuela a la que se refiere la carta, y a la que hará mención en las siguientes es La Perla Cubana. Finalmente Barbieri no la musicó, y terminó estrenándose en el Teatro Martín el 27 de febrero de 1890, siendo la música de Gaspar Espinosa de los Monteros y Jiménez. No me resisto a contar su argumento: “ la prometida de un joven cubano, y al mismo tiempo acreedora suya, se finge mulata entra a su servicio, le seduce con sus encantos, y cuando aquel  se ve obligado por su tío a firmar un contrato de matrimonio que no le grada, niegase a hacerlo declarando que se halla prendado de amor por la mulata, la cual descubre entonces su nombre verdadero y le colma de la felicidad que apetecía , perdonándole también su deuda” (  El Dia ). Las críticas fueron buenas a su estreno.
 Según Sonia Fernández Chumilla hace alusión a la zarzuela de Luis de Olona y música de Barbieri “Entre mi mujer y el negro”

“Sr. D. Francisco Asenjo Barbieri

Muy estimado señor mío:

Hoy 8 de octubre recibo su atentísima de fecha 18 de Septiembre, por la cual le quedo enteramente reconocido:
Tiene V. mil razones en cuanto en ella me dice, y para ponerme de acuerdo con V. dentro de dos ó tres días iré a esa y tendré el gusto de saludar de cerca a quien tantas veces he admirado de lejos.
Por tercera mano es imposible que llegáramos a entendernos.
Cuantas indicaciones me haga V. acerca de los números de música ó de la índole quede la zarzuelita serán con gusto atendidas y trataré de ponerlas en práctica.
He escrito una zarzuelita en en acto, esencialmente cómica y en verso, la cual llevaré conmigo para que V. juzgue de ella y vea si puede ponerla en música.
Mientras podría yo despacio arreglar la Perla Cubana.
El Sr. D. Enrique Salas tiene en su poder una zarzuela mía en dos actos titulada Mario, que no tiene música todavía y la cual creo no habrá leído siquiera.
Siento mucho haber recibido su atenta con fecha tan atrasada y espero con impaciencia el día de mi marcha a esa para que nos pongamos de acuerdo.
Si acaso quisiera V. escribirme antes de que yo vaya puede hacerlo sin sellos poniendo arriba del sobre Comunicaciones y dirigiéndola al Jefe de Telégrafos en Vicálvaro donde me tiene V. a su disposición.
Le remito esta por medio de mi amigo D. Alonso Gullón por ignorar las señas de su casa de V.
Dispénseme tanta molestia y mientras tengo el honor destechar su mano quedo de V. atento y
S.S.Q.S.M.B.

José Jackson Veyán
Vicálvaro-8 octubre 1877”

De la obra “Mario” no tengo noticia de que finalmente se estrenase.

Sr. D. Francisco Asenjo Barbieri

Muy señor mío y de mi mayor respeto:

Aunque moleste su atención inoportunamente desearía merecer de V. me dijese si había leído mi zarzuelita La piedra filosofal que deje en su casa el día 10 del mes pasado y si le parecía digna de ser puesta en música por V.
No querría, en caso contrario perder el invierno sin que se estrenase, ya que no en un teatro principal al menos en otro secundario y por lo mimo le ruego me escriba directamente a Vicálvaro, Estación de Telégrafos, diciéndome  francamente su parecer, el cual sea el que fuere respetaré yo siempre mucho.
La Perla Cubana también la tengo parada esperando su disposición y espero de V. contestación a entrambas ( sic) obras.
Mis afectuosos recuerdos al Sr. Cordero y V. mi distinguido maestro, dispénseme las molestias que le causa, sin mérito alguno para ello, su admirador y atento
S.S.Q.L.M.B.

José Jackson Veyán
Vicálvaro 12-Nobre 1877”

Finalmente La piedra Filosofal a la que se seguirá refiriendo en cartas posteriores l, se estrenó  como juguete cómico en verso ( sin música) 17 de enero de 1880 en el Teatro Eslava. La obra se la dedico  Jackson a sus tíos políticos don Manuel G. de la Fuente y Doña Segunda Canal

“Sr. D. Francisco A. Barbieri

Muy señor mío y de mi mayor estimación y respeto:

Aun a riesgo de pecar de imprudente, salvo a molestarle preguntándole su opinión acerca de mi Zarzuelita La piedra filosofal
De la que todavía no tengo noticia alguna.
Mis afectos al Sr Cordero y V. dispense y mande siempre a su afectísimo y constante admirador.
Q.S.M.B.
José Jackson Veyán

Vicálvaro 14-Diciembre-1877
Estación de Telégrafos”

“ Sr. D. Francisco Asenjo Barbieri

Muy señor mío y distinguido maestro:

Comprendo y disculpo su demora en contestarme y paso a manifestarle lo q opino sobre el juguete lirico La piedra filosofal
La he leído detenidamente y creo que toda la música puede reducirse a la romancita de la tiple y a las coplas del brindis final a las que Crispin hace duo suprimiendo el canto a la característica y a Canuto. Al final puede repetir una copla de la tiple y así  no creo difícil se pudiera hacer en la  Comedia, si V. le pone en música, dicho par de número.
Darla a otro maestro no quiero de ningún modo y antes prefiero quitarle la música completamente y dejarla como juguete cómico.
El terceto de Canuto, Inocencia y Crispin lo supliré con una escenita que tenga gracejo y llene el objeto.
Si V. opina como yo haría en seguida las reformas indicadas: de los contrario seguiría mi nombre tan oscurecido como hasta aquí por los teatros de Martín, Eslava y Variedades.
Para Mario basta su nombre de V. que escudaría el mío caso de presentarse el juguetito.
Espero sin rodeos ni diplomacias, como V. acostumbra a hacerlo, me conteste su opinión sobre el asunto, la cual  en todos casos será para mi muy respetable.
Se despide su V. afectuosísimo seguro servidor.
Q. L.M.B.

José Jackson
Vicálvaro 1 de Enero de 1878.”

“Sr. D. francisco Asenjo Barbieri

Muy señor mío:

Le agradeceré me conteste por el dador, mi primo, que opina V. sobre los que el manifesté acerca de la zarzuelita mía La piedro filosofal
Dispense tanta molestia y mande a su afectuoso
S.S.Q.L.M.B.

José Jackson
Vicálvaro 23 de febrero 78”.

“ Vicalváro 28 de mayo de 1878

Sr. D. Francisco Asejo Barbieri

Muy señor mío y reputado maestro:
Adjunto le remito la zarzuelita en una acto Coser y cantar.
Abusando de su bondad me atrevo a suplicarle si tendría inconveniente  en ponerla en música, bien para los Jardines o bien para la Comedia en la próxima temporada.
Los números de canto pueden variarse a su gusto, caso de agradarle el juguete.
Es puramente cómico y de tres partes, tiple, tenor y barítono o bajo, por lo que es de fácil ejecución y de las que suelen representarse mucho por provincias y teatros secundarios de Madrid.
Sé las muchas ocupaciones y no pocos trabajos que pesan sobre V. y  por lo mismo le suplico dispense mis continuas molestias.
Espero la leerá y me contestará lo antes posible.
Con este motivo se despide de V. afectuoso.
S.S.LQ.L.M.B.

José Jackson Veyán”

Sobre la obra “ Coser y Cantar” no tengo constancia que llegar a estrenarse con ese nombre.

Con el paso de los años y aun cuando no llegaron finalmente no llegaron a colaborar entre Jackson y Barbieri se mantuvo una relación de amistad como evidencia la última de las cartas que se conserva ya de 1884

“ Ministerio de la Gobernación
Dirección General
De Coreos y Telégrafos
Gabinete particular

Sr. D.
Francisco A. Barbieri
Muy señor y distinguido amigo mío:

Mi padre me ha encarado mucho una comisión para cuyo desempeño tengo que molestarle.
Desea que busque V. entre los papeles del difunto maestro D. Santiago  Ramos un ejemplar del libro “Amparo” zarzuela en una acto de la cual debe tener también la música, parte de apuntar.
Ambas cosas le agradecería  a V mucho se las entregase al dador, compañero de mi Oficia, pues yo por mis ocupaciones no puedo hoy pasar a saludarle.
Ruego a V. me disculpe la molestia que le ocasiono.
Dicho libro es original de mi padre y la música de Emilio Passuti, maestro hace años en Gijón
La tenía el Sr. Ramos desde que fue director de orquesta de teatro Romea de esta capital.
Queda V. siempre atento amigo que le admira y le quiere.


José Jackson Veyán
 Madrid 5 Dbre 84”