viernes, 13 de diciembre de 2013

La Fuente de Apolo



Fuente de Apolo en la actualidad

Una de las fuentes más desconocidas de Madrid pero al mismo tiempo  de las más bonitas se encuentra en pleno centro del “Salón del Prado”, allí, en medio del paseo y equidistante a igual distancia sus “hermanas”  la fuente de la Cibeles, y  la fuente de Neptuno, se halla la fuente de Apolo, también conocida  como la fuente de la cuatro estaciones;  todo el conjunto ( la tres fuentes citadas) son obra de Ventura Rodríguez. La de Apolo, era una de las fuentes preferidas de mi padre, y aún recuerdo  como nos parábamos ante ella, cuando nos encaminábamos a visitar la Bolsa o el museo del Ejército ( en  su antiguo y añorado emplazamiento del Salón de Reinos). Paseando  camino de uno de mis museos favoritos  y al que acudo habitualmente (por que alberga aquellos maravilloso cuadros que ni mis bolsillos ni las paredes de mi casa podemos permitirnos, pero que me custodian amablemente para mi disfrute, y el de todos nosotros) y que por supuesto es el Museo del Prado , pase  junto a la Fuente de Apolo, alce la vista ,  y junto a mis recuerdos infantiles , rememore unos versos que  Jackson Veyán que publicó en la Revista Blanco y Negro  allá por el año 1892 bajo el titulo Madrid Monumental. LO QUE DICEN LAS ESTATUA.S LA DE APOLO.
Ya que otra entrada anterior   la dedicamos a la Cibeles (http://josejacksonveyan.blogspot.com.es/2012/11/jose-jackson-veyan-y-la-cibeles.html) … hoy hablaremos de Apolo.




“¡Olvidando mis blasones,
ved mi triste situación!
¡Vedme subido al pilón
sobre la cuatro estaciones!
Padre de la luz del día,
Gentil y apuesto mancebo,
yo me llamo Apolo y Febo,
según la Mitología.
Maté, al salir de la cuna,
a una serpiente bribona;
Soy el hijo de Latona
y  el hermano de la Luna
A vil sentencia sujeto,
perdí en el cielo el favor,
y fui en la tierra el pastor
de los ganados de Admeto.
No hubo lance ni tramoya
sin mi audacia juvenil;
Yo, de oficial de albañil,
hice los muros de Troya.
Júpiter, mi padre airado,
se compadeció del hijo,
y, por teléfono, dijo
que me había perdonado,
Una fusta y un farol
me dio Jupiter Tonante
y me senté en le pescante
del alto carro del Sol.
lo guié días y días,
sufriendo mil tropezones
con Manuelas y Simones (1)
con Riperts y con tranvías
Le día a papá mis excusas
y, tras suspiros y lloros
me nombro maestro de coros
del teatro de las Musas (2)
¡Ah, que personal tan rico
de ninfas el que enseñaba!...
en el Pindo se explotaba
también el género chico.
¡Que coro tan celestial,
sobre las nubes tendidas,
y todas ellas vestidas
de ninfas la natural!
Yo, con sus encantos chocho
cien veces en el teatro
un compás de dos por cuatro
lo llevaba a tres por ocho.
Tuve, como es consiguiente,
con la Empresa una disputa
y me quito la batuta
sin formación de expediente.
Cesante y petrificado
por el dolor que sentí
desde mi altura caí
sobre la fuente del Prado.
Niñeras y mozalbetes
se complacen de mi daño
y aquí vivo desde el año
del uno y de los tres sietes.
¡De noche  hay pareja amante
que en mis barbas se festeja
Y no se ve una pareja, (3)
y eso no hay Dios que lo aguante!
Por la tarde, “Al alimón”
canta la tropa inocente
y “¡Que se ha roto la fuente!”
repiten sin aprensión.
Y aunque yo desde mi altura
desprecio la humana pompa
Como la fuente se rompa
me rompo yo la figura
Sé que anda el Ayuntamiento,
con su buen celo oficial
removiendo el personal
de estatuas, y no lo siento.
No los siento; yo soy franco;
Ya en el Prado estoy en vilo
¡Vamos , que no estoy tranquilo
teniendo tan cerca el Banco! (4)
A mí el oro me seduce,
y al mirar al Banco lloro
pues sé muy bien que no es de oro
Todo lo que allí reluce.
El cambio de situación
no ha de costarme dinero:
¡Estoy, Alcalde Primero,
siempre a su disposición!
La lira, emblema del Arte,
es mi equipaje sencillo:
¡Cuando quiera, me las guillo
con la música a otra parte” (5)

Por no saber firmar Apolo

José JACKSON VEYÁN

(1)          Así llamaban  en el lenguaje popular madrileño a los coche de caballo de alquiler .
(2)         Juega ahora Jackson con las referencias al Teatro Apolo… la “catedral” del género chico.
(3)          ...pareja de guardias.
(4)  Se refiere al cercano Banco de España.
(5)         …intuía ya Jackson  una reforma del “Eje Prado-Recoletos” …
Os recomiendo una entrada de  blog  de Manuel Martínez Bargueño, de la que he tomado prestada alguna de las fotos http://manuelblasdos.blogspot.com.es/2013/05/fuente-de-apolo-o-de-las-cuatro.html


Fuente de Apolo a comienzos siglo XX

jueves, 5 de diciembre de 2013

Nuevas anecdotas de Jackson Veyán




Ya he señalado anteriormente que Jackson Veyán era fuente de numerosas anécdotas, que se recordaban a lo largo del tiempo. Hoy os traigo dos muy breves, publicadas en los años 20 en la La Voz de Castilla ( Salamanca)  que podéis consultar en la Biblioteca de Prensa Histórica:

Un día que estrenaba una obra  don José Jackson Veyán  le dio  una butaca a su íntimo amigo el matador Darío Diez Limañana (1) para que actuase de “alabardero” distinguido y defendiera  la obrita “ a capa y espada” Darío prometió hacerlo así, como amigo y como torero.
Llegó la hora del estreno y en las primeras escenas un espectador que ocupaba la butaca delante de la que se  sentaba Liminaña dio unos golpecitos en el suelo con el bastón, Darío le tocó en el hombro, y poniéndole una cara feroz le dijo:
-¡Aquí no se protesta!
El pacifico espectador, cuando hallo ocasión propicia empezó a aplaudir con entusiasmo, y entonces el bueno del torero se le acercó al oído y le dijo:
-¡Aquí no se aplaude!
Al poco rato, y viéndose el espectador en situación harto embarazosa, se levantó tímidamente de su asiento y le preguntó a Dario Diez Limiñana:
-¿Me puedo retirar? 

La Voz de Castilla 1 de julio de 1924


En el saloncillo del teatro Apolo de Madrid, se reunian años ha, todos los autores de aquella época, cuya gloria no han podido oscurecer los actuales.
Acudirán allí casi a diario don Ricardo de la Vega, don
Guillermo Perrín. Fuente Zarzuela.net
Guillermo Perrín, don JoséJackson Veyán y otros autores notables.
Una noche, en que en  el saloncito, totalmente lleno, se hizo un silencio que nadie se atrevía a romper por temor a una réplica ingeniosa, don José Jackson, siempre chirigotero y dispuesto siempre a provocar una respuesta graciosa, de don Guillermo Perrín, a quien siempre “buscaba las cosquillas”, dijo, dirigiéndose a este saladísimo autor:
-Anda , Guillermo, dinos algo malo.
Y Perrín respondió rápido:
-No me acuerdo de nada tuyo.

La Voz de Castilla de 22 de diciembre de 1923.



(1) Darío Diez Limiñana , matador de toros,  nació en Santander en 1880 y falleció  el 1924. La fotografía se ha obtenido del semanario taurino La Fiesta Nacional ( 1904) en la Biblioteca Virtual de 
Castilla y León.

(2) Guillermo Perrín y Vico  nació en Málaga en 1857, y falleció en Madrid en 1923 Libretista y dramaturgo, sobrino del conocido actor Antonio Vico. Escribió casi siempre en colaboración con Miguel de Palacios. Entre los títulos más conocidos pueden citarse a título de ejemplo: El Barbero de Sevilla,  El Húsar de la Guardia, Bohemios,  La Generala, Enseñanza libre, La Corte del Faraón…